A los nuevos diagnosticados

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Sí, ya sé que ahora mismo te cuesta mucho escucharlo, verlo o ni siquiera pensar en ello, tu mundo se ha vuelto al revés y puede que de tanto dolor incluso hayas perdido la fe. Pero te puedo asegurar que se puede vivir con diabetes.

Yo sé que has llorado cuando te han dicho que tienes diabetes, la realidad de tu nueva vida te ha golpeado duramente. Cuando abandonas el hospital sientes que no eres el mismo. Te echas la culpa a ti mismo y después le echas la culpa a todos los demás y después a también le echas la culpa a Dios. Mantén la fe en ti mismo. Al principio te costará asimilar la diabetes, pero después deberás de tirar “pa alante” y cuidar de ti mismo.

Tú eres más que tu diabetes, nunca permitas que esta enfermedad te impida hacer algo. Vive la vida maravillosamente, la diabetes es solo una parte de ti.

No permitas que los número arruinen tu vida. Malas glucemias no significan que hayas fallado, la diabetes no siempre va a jugar a tu favor, no importa el empeño que le pongas en controlarla. No olvides que ella tiene mente propia.

Tendrás días malos en los que todo saldrá mal, no importa cuanta insulina te pongas o cuanto conteo de carbohidratos realices. Estos días llorarás y gritarás por tener diabetes, pero recuerda MANTENTE FUERTE. Estos días pasarán y vendrán más días buenos que malos, te lo prometo.

Ser un “buen diabético” es muy importante, sé que es duro y abrumador al principio, pero tienes valor para enfrentarlo. Hazte todos los controles que sean necesarios, las correciones necesarias, mantente sano. Puede que no siempre quieras ser un “buen diabético” pero valdrá la pena ya que evitarás las complicaciones futuras.

No estás solo, somos muchos viviendo con diabetes y estamos aquí para ti. Muchas personas no entenderán por lo que realmente estás pasando, porque la batalla que libramos en nuestro interior no lo mostramos al exterior. Pero hay otros muchos como tú que están en la misma batalla, personas que te pueden ayudar, dar apoyo y amor. Acércate a ellos.

Quiérete mucho y quiérete muy bien.

No permitas que esta enfermedad te venza y confía en ti, si luchas cada día será la mejor decisión que tomes en tu vida.

Y por último me da igual si te crees todo esto que te digo o no, porque es la única verdad es que existe. Eres increíblemente fuerte. Nunca lo olvides.    

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