Una dieta vegetariana ¿es más sana?

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Una dieta vegetariana estricta en la que no entre en su composición ningún alimento de origen animal puede ser tan completa y equilibrada en nutrientes como una dieta omnívora, siempre que la persona que la realiza tenga una información suficiente sobre alimentación y se maneje lo suficiente dentro del campo de la complementariedad de alimentos.

Cuando por cualquier motivo se elige una opción vegetariana para alimentarse, se puede satisfacer igualmente la necesidad de nutrientes que tiene nuestro organismo, siempre que se combinen adecuadamente los alimentos. Desgraciadamente, a la hora de la práctica, muchas de las personas que optan por una dieta vegetariana no están suficientemente formadas en conceptos básicos nutricionales y terminan llevando dietas también inconvenientes desde el punto de vista del equilibrio nutricional. 

Por otro lado los que eligen una opción vegetariana estricta, a veces hacen de ello una opción fundamentalista, esgrimiendo a su favor argumentos sobre las toxinas de la carne, y desconociendo gran parte de los fundamentos bioquímicos de la nutrición. Adoptan frecuentemente, sin darse cuenta, una posición de censores.

Pero el tema del fundamentalismo no solo se da en los vegetarianos, sino que también se da en personas con dietas en las que no hay ningún tipo de restricción, pero que sacan un sinfín de defectos nutricionales a las personas que sí llevan dietas vegetarianas. Paradójicamente, estas personas que se muestran tan preocupadas por el equilibrio nutricional de los vegetarianos no se han planteado su propia dieta, en la que ningún alimento falta pero que sin embargo es un claro ejemplo de desorden nutricional y de mala alimentación.

Comer sano y equilibrado no es cuestión de ser vegetariano o no, ya que ambos campos ofrecen la posibilidad de realizarlo correctamente o de cometer errores en perjuicio para la salud. Procuremos no olvidar que lo mejor para la salud es mantener un equilibrio en aportes. En nutrición es tan malo comer más de lo que se necesita, como menos de los que se requiere.

Por otro lado, olvidémonos de todos esos preconceptos de las toxinas cárnicas y hagamos una nutrición dentro de nuestra opción ideológica, pero sana. Resulta paradójico ver como muchos de los preocupados por conservantes, colorantes o aditivos que utiliza la industria, compran un número nada despreciable de productos deshidratados, envasados e igualmente sometidos a la tecnología donde una industria también poderosa ofrece grandes beneficios en nombre de la salud.

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